Saludos, J.
¡Cómo qué si te cuento la verdad!. Lo leo y no lo creo, J.
Será la edad o la mucha mala leche que debes de haber acumulado desde que no nos visitamos, pero te equivocas como un pollino o mientes como un bellaco.
Repasemos: los sucesos de la que he bautizado como noche sevillana, han sido una dicha que he saboreado después de que nos saludáramos la última vez. Te lo explico de nuevo: los hechos que te narro en mi correspondencia son de reciente factura, y nosotros dos no tenemos ocasión de charlas en persona desde hace meses, muchos meses, por lo que difícilmente te podía haber confiado una aventura que por entonces no había sucedido. Y no dudes, malpensado amigo, que en cuanto ha sucedido lo que ya sabes, he corrido, pluma en mano, a contártelo raudo, que de poco sirven según qué vivencias si no lo compartes con según quién. Y tú, hermano, si eres bueno para auxiliar la amargura, mejor has de serlo para compartir la dicha. Y lo sabes, gruñón, lo sabes.
Un abrazo. Búho
18 oct 2009
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