Querido J.
Desde que brindábamos con los biberones he sabido que eres fácil de complacer y con una declarada tendencia a bienpensar de la gente, con independencia de su condición de hombre, mujer, niño, rico o pobre. Y ello a pesar de los capones que te han ido dando en lo alto de la cabeza y de las zancadillas con las que te han roto el alma. Por ello entiendo que te emociones y celebres los navajazos con los que el bronco pueblo de Madrid recibió al invasor francés.
Pero de eso hace dos siglos y un año. Ahora, apreciado J, no es momento. Piensa que una de las rutas del mapa de cuero atraviesa tierras galas, y no es cosa de sacar viejos trapos sucios que enturbien una posible convivencia.
Sin embargo, he de reconocer que las manolas, las gaditanas,las mañas o, en general, las españolas de cualquier rincón y condición, debilitaron la moral de los gabachos con mayores efectos que la cañoneria de nuestros soldados. Por ahí vale, que al fin y al cabo serán las morenas de la copla, junto con el jamón de la sierra de Huelva, lo que más eche en falta cuando inicie la ruta del mapa de cuero.
De manera que vale, que vivan las morenas que aprovechan las bombas que tiran los fanfarrones para hacerse con ellas tirabuzones. Y que viva el Rey, y que abajo Fernando VII.
Un abrazo. Búho
14 sept 2009
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