10 sept 2009

2.

Querido J.
Hace unas semanas, durante los tres días de arrebato que siguieron al día del hachazo, el frenesí me turbó el raciocinio y me llevó a hacer algo terrible: destruí diez libretas donde escribí un diario cuando tenia 16 y 17 años. Aquellos días de arrebato, ya lo sabes J, rompí muchas cosas que creía inútiles o pensaba que no me servirían para la nueva vida. Pero aún no sé por qué la tomé con aquellos cuadernos. Leí al azar algunas páginas de los cuadernos y recordé pasajes de mi adolescencia: amigos, primeros amores, fiestas, alegrías, familia...pero no te voy a engañar J, que por algo tú y yo hemos compartido biberones, el tono del diario era algo triste y aburrido.


Tomé los cuadernos y los guardé en una bolsa de basura aparte de las demás cosas que estaba destruyendo; me fui a un pueblo vecino y los eché a un contenedor después de haber arrancado las páginas y de rasgarlas, una a una, cuaderno por cuaderno. Fue, amigo J, como romper con mi pasado, como si se me hubiera roto parte de mi vida. En esos días de arrebato era inevitable.


Un abrazo. Búho

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